domingo, 11 de mayo de 2008

El desembarco


Ya de nuevo en Londres. Apenas un año después he vuelto a pisar un Hyde Park abarrotado de gente. Y es que hace un sol y un calor que no es normal. En Valencia llovía como si fuera Londres y aquí hace un calor como si fuera allí.
El vuelo ha empezado bien porque no me han hecho pagar el ligero sobrepeso que llevaba, cerca de cuatro kilos y medio, ni he tenido que hacer ninguna cola. Creo que he llegado de los primeros y me ha tocado la tercera fila. Poco movimiento notaré en el avión, pensaba yo. Después de la emoción de la despedida con Mar he pasado por un caótico arco en el que un señor ha bloqueado cualquier intento de orden al intentar pasar por el detector de metales con reloj, tirantes y una tostadora en una bolsa. Como suena. Una tostadora!!! Y la llevaba en la mano.
Durante el vuelo he estado muy nervioso. No me han parado de sudar las manos, hasta el punto de arrugar el libro que llevaba para entretenerme durante el viaje. Hemos pasado algunas zonas de turbulencias que me ponían más nervioso, con lo que el viaje se me ha hecho más pesado de lo normal.
Por lo menos las vistas han sido espectaculares. Por un lado, las nubes de la tormenta que estaban por toda la costa de España eran de una extraña forma vertical, como arrugadas, todas juntas, grises y blancas, sin luz, como si fuera el armaggedon. Por otro lado, al pasar ya a Francia, la cosa estaba muy despejada y me he impresionado las vistas del Sena y su desembocadura en el puerto de Le Havre. Pedazo de río!!!
Al cruzar el canal he fantaseado con las playas francesas de arena que tenía sobre mis pies y la posibilidad de que alguna de esas fuese Omaha beach... Desde arriba tenía la vista perfecta para haber contemplado como los aliados vendrían desde Inglaterra y desembarcarían, en millares y millares, como hormigas...
Enseguida se ha divisado las costa inglesa con esos acantilados blancos que han redireccionado mi fantasía hacia otro punto de vista... el de los pilotos alemanes que harían sus incursiones por la zona de Dover... y he creído ver entre el intenso azul del mar, el blanco de los acantilados y el verde de los prados, a un piloto de la Luftwaffe que perseguía como un abejorro a un hábil piloto inglés de la RAF, una persecución entre un Focke-Wulf y un Spitfire... pero solo ha sido mi fantasía.
Porque enseguida hemos empezado a bajar para tomar tierra... pero supongo que el avión no tenía permiso para aterrizar porque hemos estado cerca de 20 minutos haciendo unos ochos gigantescos en el aire para hacer tiempo y que nos dejaran aterrizar. Eso me ha puesto más nervioso y no he podido acabar de leer las dos hojas que me faltaban para acabar el libro... es que leía y no me enteraba!!! Creo que nunca me han sudado las manos tanto como hoy!!!
Ya en la habitación he desecho el equipaje, me he duchado y he decidido ir a dar un paseo antes de la hora de cenar. Me he ido a Hyde Park... y me he encontrado a Lethabo, un amigo del año pasado!!! Es de Sudáfrica y está trabajando aquí. Hemos quedado en vernos el fin de semana, con alguno más de la residencia del año pasado que todavía están por Londres.
Ya os contaré más cosas.

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